EI sacerdote dominicano Fray Mariano Benítez, nació en Tulcán en 1763. Su niñez se desenvuelve en su tierra natal.
Así fue creciendo, influenciado por el principio de que el estudio y el sacrificio hacían crecer el corazón y la mente del hombre.
Siempre fue un destacado estudiante. En 1786 su vocación religiosa estaba ya definida. Ese año tomó los hábitos de la comunidad religiosa Dominicana y en 1789 hizo sus votos canónicos, habiendo llevado una vida tranquila en la que supo repartir con una bondad ilimitada la fe, la cultura y la educación.
Se desempeñó como profesor de varios colegios católicos de la ciudad de Quito y fue Superior del Convento Mayor de Pasto y del Convento Máximo de Quito.
En 1824 el Capitolio Provincial lo nombró para que desempeñara su actividad pastoral en Pelileo. Allí su vida pública la dedicó al apostolado y a realizar numerosas obras de filantropía convirtiéndolo en uno de los mayores benefactores de la zona, razón por la cual los pelileños lo recuerdan con cariño y han eternizado su nombre en instituciones como el colegio y la escuela de la parroquia Benítez que lleva su nombre.
La principal obra para el sector campesino fue la acequia que conduce las aguas de Mocha.
Fray Mariano Benítez bautizó a Juan Monta-Ivo el 25 de abril de 1832.
Con esfuerzo, sacrificio y constancia llegó a convertirse en uno de los hombres más respetados de su tiempo. Se cree que murió en 1842 ó 1845